Así, es característico que destaquen estos niños por la falta de atención. Debido al
esfuerzo intelectual que tiene que realizar para
superar sus dificultades perceptivas específicas, suelen presentar un alto
grado de fatigabilidad, lo cual produce una atención inestable
y poco continuada. Por esta causa, los aprendizajes de lectura y
escritura les resultan áridos, sin interés, no encontrando en ellos ninguna
motivación que atraiga su atención. Este problema se agudiza con el tiempo si el aprendizaje de la lecto-escritura se retrasa, pues
el trabajo escolar exige
cada vez más de estas habilidades y el niños se distancia cada vez más de lo
que ocurre en el aula. En ocasiones compensa un tanto su dificultad, si se le
consigue motivar, mediante la atención auditiva
a lo que se dice en el aula, en niños con alta capacidad intelectual, para que aprenda por esta
vía. Pero en general se
produce:
Desinterés por el estudio, en especial cuando se
da un medio familiar y/o escolar poco
estimulantes. Sus calificaciones escolares son bajas y con frecuencia son marginados del grupo y llegan a
ser considerados (y a considerarse a sí mismos) como niños con retraso
intelectual.
La posición de la familia y
con harta frecuencia, de los profesores es creer que el niño tiene un mero
retraso evolutivo (o intelectual en casos extremos) o bien, lo más
frecuente, que es un vago, lo que se le reprocha continuamente, con consecuencias
funestas para la personalidad del niño, que se rebela frente a
la calificación con conductas disruptivas para llamar la atención o
se hunde en una inhibición y pesimismo cercanos a la depresión.
Se producen a veces también mecanismos compensatorios como se
describen a continuación:
En el lenguaje, las dislalias y omisiones del período anterior se
suelen haber superado o están en fase de superación, más fácilmente si se han
abordado a tiempo y no responden a una dislalia verdadera,
a veces de más difícil superación inicial o
espontánea. Sin embargo las inversiones y confusiones de fonemas aumentan. Se
observa expresión verbal pobre
y dificultad de aprender palabras
nuevas, en especial los polisílabos, las palabras nuevas o las fonéticamente
complicadas. En general el rendimiento en las áreas
lingüísticas es bajo. Pese a ello, si se le explican las cosas verbalmente es
más capaz de aprender que
si se le exige que adquiera los conocimientos mediante la lectura o
la escritura repetida.
En la lectura
Las confusiones se producen sobre todo en las letras que tienen cierta similitud
morfológica o fonética. Por ejemplo a
y o en las vocales manuscritas, a y e en las vocales impresas, u abierta y o a
nivel fonético. A nivel fonético se produce también la confusión entre p, b y m y en ocasiones confusión también con
la n.
Existe también con frecuencia la confusión entre letras que gráficamente se
diferencian por su simetría o pequeños detalle, en especial en letra de
imprenta. Así: d/b; p/q; b/g; u/n; g/p; d/p. A esta confusión la llaman algunos autores, confusión estática
Se producen de otro lado omisiones de letras,
adiciones, principalmente a final de palabra y en sílabas compuestas. Por ejemplo carte
por cartel, pelo por pelos ten por tren...
En las sílabas se producen sobre todo inversiones,
reiteraciones y omisiones. Las inversiones pueden ser por cambio de
orden de las letras dentro de
una sílaba directa: lapa por pala, o en una sílaba inversa,
como por ejemplo rapa
por arpa. Pero es más frecuente la inversión de letras que forman parte de una sílaba compuesta, trabada o sinfón, que de
las tres maneras se denomina. Así, por ejemplo, pader por padre o barzo por
brazo.
En otras ocasiones se cambia el orden de las
sílabas dentro de
la palabra, en especial cuando son
sílabas compuestas, así por ejemplo, drala por ladra. Esto es lo que recibe el nombre de
inversiones dinámicas.
Se producen también reiteraciones
de sílabas: cocicina por cocina.
Otro de los errores frecuentes es la omisión de
sílabas, si bien se produce en
menor grado que las omisiones de letras y afecta sobre todo a palabras largas
con sílabas compuestas, que se "apocopan" por parte del niño con
dificultades de lectura.
En las palabras se producen: omisiones, reiteraciones
y sustituciones de una sílaba por
otra que empieza por la misma sílaba o
tiene un sonido parecido,
por ejemplo, lagarto por
letargo. A veces la palabra sólo tiene común la primera letra. Lo que ocurre es
que el disléxico no tiene la capacidad de "prever" lo que viene a
continuación, capacidad que los buenos lectores sí tienen y
que tiene que ver con los movimientos sacádicos de los ojos al leer.
En aspectos generales dentro de
la lectura, además de
los problemas concretos citados se observan unas características bastante típicas
que deben guiar enseguida las sospechas hacia una posible
dislexia:
- Falta
de ritmo en la lectura
- Lentitud
en ocasiones exasperante. Muchas veces, como precaución, leen en voz baja
antes de leer en voz alta para asegurarse la corrección, lo que no suelen conseguir y añade lentitud a la lectura.
- Falta
de sincronía de la respiración con la lectura, que tiene que ver con:
- Los
signos de puntuación no se usan para las pautas que
están previstos, con lo que se amontonan las frases o se cortan sin
sentido.
- Hay
una dificultad en seguir la lectura, que se manifiesta en
saltos de línea al acabar cada línea, pérdidas de la
continuidad de la lectura en cuanto levanta la vista del texto. Esto
hace que en muchas ocasiones vuelva a comenzar a leer la misma línea.
En
la escritura
En ocasiones se producen inversiones de
letras en espejo. En algunos casos, se llega a producir una escritura total en
espejo.
La alteración de la dirección de los óvalos tiende a dar una
escritura vacilante e irregular, a veces las letras están hechas de trazos
sueltos y en ocasiones, pese a una letra de apariencia correcta se observa lentitud y
algunos fallos debido ala inversión de los giros, que el niño ha sobre compensado
con dobles giros, trazados peculiares, etc.
Presenta 3n muchas ocasiones confusiones de
letras que se parecen por la grafía o por el sonido.
Se suelen presentar omisiones similares a las
que se dan en su lectura, de letras, sílabas o palabras.
Mezcla de letras mayúsculas con minúsculas
Inversiones de letras, sílabas o palabras,
pero lo más frecuente son las inversiones en las sílabas compuestas o inversas.
Se producen agrupaciones y separaciones
incorrectas, partiendo palabras o uniendo varias palabras en una sola:
" y enlacoruña viaunas olas muigrandes y
mecudrian"
Mala elaboración de las frases y escritura
confusa por las alteraciones de tamaño descritas
y la unión en ocasiones de varios de los problemas a los que se han aludido en
los párrafos anteriores.
En general en
la escritura encontramos además una
serie de características:
Postura inadecuada, tanto del niño como de la
hoja de papel.
Tonicidad muscular inadecuada, que puede ser
por falta de presión o por exceso de la misma.
Las alteraciones gráficas afectan también obviamente
a los números, sin que se pueda hablar de
una discalculia. Se da también la
escritura en espejo de
los números aislados, en especial algunos de ellos con más frecuencia (5,7,3,9/6 )
Se dan inversiones de cifras en números de
dos cifras, 24/42. Con números de tres o más cifras se hace más frecuente.
Encuentran gran dificultad en diferenciar 104 de 140
Trastornos de carácter espacio-temporal
son:
Dificultades de seriación, como hemos apuntado más
arriba. Se manifiestan por ejemplo en
los pasos de una decena a
otra y en las seriaciones en sentido inverso,
descendente.
Hay casos extremos con gran retraso en el aprendizaje de la serie de los 100 primeros
números.
Las dificultades gráficas y de orientación
espacial se unen para dar un aspecto desordenado
a las operaciones, dificulta una correcta alineación de las cifras en las
operaciones, tienden en ocasiones a empezar las
operaciones por la izquierda.
En la escritura, cuando se
le pide que escriba de una manera espontánea,
generalmente se producen estos fenómenos:
1.- Dificultad inicial para imaginar la historia o
si la ha imaginado adecuadamente, se siente incapaz de
expresarla por escrito o reacio a
hacerlo. Consume mucho en tiempo antes
de iniciar el
trabajo. A veces es preciso sugerirle los temas y el cómo expresarlos.
2.- El niño necesita un tiempo excesivo
para escribir su relato. Puede tardar 15
o 20 minutos para escribir dos líneas, aunque esto es un caso extremo.
3.- La escritura en sí puede ser indicativa,
por el tipo de letra, la mayor o menor disgrafía , la forma a veces incorrecta de coger
el lápiz, la forma de realizar los óvalos de las letras. Se puede observar agarrotamiento
a la hora de escribir. El niño puede manifestar cansancio. L letra inicialmente
correcta, se va desestructurando, el niño pierde el control que
a veces ejerce inicialmente a costa de grandes esfuerzos. Por eso en ocasiones
animo a que escriban prescindiendo de la buena letra, pese alas tendencias
uniformadoras de los profesores.
4.- Discrepancia entre lo escrito y el lenguaje oral
del niño. (Por eso a veces convendría evaluar a los niños disléxicos oralmente
y no por escrito). A veces utilizan una sintaxis extraña,
omite palabras en especial los nexos y las palabras de función, dándose cuenta de
ello en ocasiones al releer el
texto. Igualmente el uso de los signos de puntuación apenas responde
a las normas sintácticas.
Cuando detectamos estos errores en un alumno,
o algunos de ellos, debemos sospechar una dislexia y derivar el
niño para un diagnóstico en profundidad.